Es usual que el director técnico del equipo utilice a sus mejores bateadores, a efecto de minimizar el riesgo y aumentar la posibilidad de anotar.
05:37 PM 04/05/2010
Cuando se dan ciertas condiciones apretadas en un partido de beisbol, es usual que el director técnico del equipo utilice a sus mejores bateadores, a efecto de minimizar el riesgo y aumentar la posibilidad de anotar.
Son los bateadores que por lo regular no forman parte de la titularidad en las posiciones, sino que sólo y únicamente entran para pegarle duro a la pelota.
Eso es precisamente lo que se acaba de realizar con la reforma a la Ley de Seguridad, que llevamos a cabo la semana pasada en la Cámara de Senadores.
En la actualidad los militares se encuentran en las calles combatiendo a la delincuencia organizada; sin embargo, no existe una regulación en su actuación y el sustento jurídico para llevar a cabo esas acciones, se remite a una tesis jurisprudencial, en relación a la interpretación que da la Suprema Corte de Justicia de la Nación al artículo 129 constitucional -derivado de una añeja controversia, de la cual asumo su autoría- que carece de los alcances suficientes para exigir mayor eficacia, pues no tiene mayores facultades que simplemente entrar en auxilio de las autoridades locales.
En términos del rey de los deportes, lo anterior se equipara a ser un bateador emergente…pero sin bat.
Los hemos lanzado a la zona de bateo sin darles las reglas del juego. Prácticamente todos: Gobernadores, presidentes municipales, ciudadanos en general, exigimos que las Fuerzas Armadas le entren al combate a la delincuencia organizada, pero después hay quienes sacan el doble discurso y recriminamos su actuación o inclusive negamos la solicitud para su presencia.
Ese doble play no se vale.
En síntesis, se convierten en héroes o villanos, según sean las conveniencias y circunstancias del caso.
No es correcto ese desgaste a las instituciones que con lealtad y valor han servido al país, por eso era importante la adecuación que se hizo, pues por un lado se establecen los mecanismos para regular su presencia en las calles y por otro, se les otorgar certidumbre jurídica para actuar con pleno respaldo en la ley.
Se establece para la intervención de las fuerzas armadas, que el gobernador de una Entidad o el Congreso Local lo soliciten, respaldando su petición mediante la aceptación de que se han visto rebasados o son incapaces de enfrentar la situación que se presenta y por lo mismo resulta imperativo el apoyo militar.
Posteriormente, se hace la evaluación dentro del Consejo de Seguridad Nacional y, de resultar procedente, el presidente de la República emite un decreto, que debe contener la temporalidad, la delimitación geográfica, la autoridad responsable y formas de coordinación con las autoridades locales, dando la información tanto al Senado de la República como a los organismos de derechos humanos.
Lo anterior obliga a reconocer una situación de emergencia, a cerrar filas, a unir esfuerzos y a actuar dentro de la legalidad; pero eso si, con sistemas de información, de inteligencia y contrainteligencia y a hacer todo un proceso previo de diagnostico y planeación estratégica.
Solamente bajo estas circunstancias el bateador emergente puede amplias posibilidades de pegar un jonrón.
De lo contrario, nos arriesgamos a que nuestros bateadores salgan ponchados.
La diputada local busca incorporar el acecho como figura penal autónoma y reconocerlo como un acto que atenta contra la libertad y seguridad de las mujeres.