Comisiones Esteriles : Luisa Maria Calderon Hinojosa
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El año pasado, la Secretaría de Educación en el Estado solicitó 22 mil millones de pesos para cubrir las necesidades del sistema educativo michoacano.
08:25 PM 29/03/2011
El año pasado, la Secretaría de Educación en el Estado solicitó 22 mil millones de pesos para cubrir las necesidades del sistema educativo michoacano. Un presupuesto considerable para tener una educación de calidad, que cubriera toda la geografía michoacana; sin embargo, el 90 por ciento de ese presupuesto se destina a salarios de maestros y administrativos y de todo ese universo, el 12 por ciento son los llamados comisionados; en palabras más claras, personal que es asignado a las diferentes fracciones sindicales para que atiendan sus necesidades.
Hace dos semanas, profesores de diferentes fracciones de la CNTE se enfrentaron en un zafarrancho en las propias instalaciones de la SEE, ocupando una vez más su tiempo en asuntos ajenos a su trabajo primordial que es ocuparse de la educación de calidad y ejemplar que esperamos para nuestros niños michoacanos.
Como consecuencia de esta muy lamentable actitud, la secretaria de Educación en el estado, Graciela Andrade, tomó la decisión de dar un mes a los profesores comisionados para justificar dicha comisión o de lo contrario tendrán que volver a las aulas.
Los beneficios de esta medida, si es que se logra aplicar, son fácilmente explicables si nos remontamos a las cifras: en 2008, el gobierno de Michoacán reconoció la existencia en su plantilla educativa del ya señalado 12 por ciento de “aviadores” y comisionados; para noviembre de 2010, las cifras oficiales señalan 2 mil comisionados, lo que a razón de 8 mil pesos mensuales promedio, resulta en 16 millones de pesos mensuales, además de la creación de 900 plazas para cubrir a los comisionados; estos últimos son trabajadores bajo contrato otorgado por las propias fracciones sindicales al margen de las autoridades de la SEE, lo que deriva luego en reclamos para regularizar esas plazas, esto en lo particular fue la razón de las agresiones entre profesores la semana pasada en la Secretaría de Educación.
Además de estas cifras, hay otros datos que en verdad nos duelen por lo paradójico: cerca de 60 mil niños y niñas no cuentan con un profesor en el aula porque muchos de ellos tienen un maestro de base asignado a su salón pero que se encuentra comisionado para labores sindicales y está sentado en una silla en las oficinas centrales de la Secretaría. La reflexión es preocupante, pues el presente de Michoacán está abandonado por un sistema carente de estrategia para llevar en una dirección a la educación del Estado.
En principio, la medida tomada por la Secretaria parece buena, aunque aún no son cuantificables sus resultados, ya que tan sólo se han levantado 3 actas administrativas por irregularidades a igual número de maestros.
El mismo gobernador del estado declara que el vehículo principal para transformar las condiciones de vida de la gente es la educación, pero en Michoacán todavía no se transparenta con cifras reales la situación de sus docentes, primer paso para confiar en una estrategia que dé dirección, a más de conocer la estrategia de la Secretaría en el estado.
En el ámbito federal, el gobierno ha definido la estrategia y los planes mediante los cuales busca emparejar la calidad de la educación en el país; para ello, se han implementado aplicación de pruebas y supervisiones como la prueba enlace, para dar seguimiento a los niveles de preparación con que cuentan los profesores. Desde hace años se tiene la estrategia de Carrera Magisterial, que permite que, una vez preparados y elevando sus niveles académicos, los maestros pueden aspirar a ganar más, a través de compensaciones legítimas y que impactan a sus sueldos base. Aunque no todos están frente a grupo y la ganancia cultural de su preparación se quede en individual sin distribuirse a los alumnos.
Michoacán, con luchas internas por el poder en el sindicato, no acepta a plenitud las pruebas académicas, sino las políticas y para prueba ahí está el célebre marchómetro, del cual ya nos hemos ocupado en otras ocasiones.
La rebeldía por parte del sindicato llamado “democrático” para ajustarse a las directrices federales siempre han colocado a Michoacán como el único estado que se destaca por estar en los últimos lugares; habría que recordar que en lo que se refiere a los comisionados, en enero de 2008 el senado de la república solicitó a las secretarías de educación de todo el país la lista de comisionados a labores sindicales en todo el país; Michoacán fue el único que no la entregó.
Este vicio, que existe desde hace dos décadas, ha llevado a que existan maestros que reciben un salario por cubrir supuestas horas clase pero asignados a labores sindicales, aparte de las que ya están aprobadas y cuando termina la supuesta comisión, no regresan ya a las aulas, quedándose en plazas administrativas, de preferencia en la capital del estado o en las ciudades grandes.
El problema va en crescendo, porque si en 2008, entre aviadores y comisionados se admitía que eran el 12 por ciento del universo de trabajadores de la educación, para noviembre de 2010 (hace 4 meses), el problema ya se había incrementado, pues las cifras oficiales señalan 2 mil comisionados.
Públicamente se ha admitido que quienes tienen más comisionados son la Coordinadora de Trabajadores de la Educación y la Dirección Colectiva Estatal Democrática, pero no se originó en ellos el problema, pues viene desde 1990, cuando la fracción democrática empieza a tomar fuerza en la entidad.
Por su parte, la fracción institucional, misma que tiene el laudo legal, tiene 300 comisionados registrados; en cambio, la CNTE tiene mil 200 y la DCED 700.
Además de todo ello, las oficinas centrales de la SEE cuentan con 3 mil 500 trabajadores, todos ellos con perfil docente; no existen más de 500 con perfil administrativo, por lo que se podría considerar que también son comisionados, puesto que su preparación es para dar clases y sin embargo están de archivistas, secretarias, etc.
Dos mil comisionados, asignados a sus respectivas plazas, podrían atender a 60 mil niños ávidos de conocimientos, de preparación y de herramientas para poder luchar por su estado y nación; niños que merecen el respeto de aquellos que fueron preparados para inculcar conocimientos en el aula y no para archivar papeles y tomar parte en marchas o plantones.
Desde hace 20 años se ha escuchado por las calles de Morelia, en innumerables manifestaciones, la demanda de 100 por ciento de incremento salarial; en esos 20 años, acumulando los incrementos concedidos, ya se lleva más de 200 por ciento de aumento, pero la demanda sigue ahí; en tanto, no se han levantado las voces para exigir que Michoacán salga del rezago educativo que lo ha llevado a estar desde hace más de una década entre los últimos 5 estados de la república con menor aprovechamiento escolar.
Tenemos jovencitos y jovencitas en el nivel medio superior que lamentable no saben nada más que lo básico en matemáticas y no se diga en lectura de comprensión; ellos son resultado de una lucha que ha llevado a más de 2 mil comisionados a estar incrustados en diferentes fracciones sindicales.
Celebramos la medida tomada por la secretaria García Peláez, como un intento de redistribuir las capacidades y los recursos humanos y así disminuir las grandes brechas existentes entre los niños de la ciudad y los niños del campo, por ejemplo.
El juicio de amparo interpuesto por maestros de la Universidad de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), en contra de la reforma promulgada el pasado 8 de enero resultó improcedente.