El Colegio Marista y el destino de un edificio construido en el siglo XIX

Por el año de 1900, en varias partes de Michoacán se crearon instituciones educativas del conocido Apostolado Marista, siendo la región noroeste del estado donde más se extendió el aprendizaje escolar
07:29 PM 17/09/2014


Especial para Visión de Michoacán,
Escribe: Sergio Ramos Chávez

Por el año de 1900, en varias partes de Michoacán se crearon instituciones educativas del conocido Apostolado Marista, siendo la región noroeste del estado donde más se extendió el aprendizaje escolar promovido por el Apostolado que fundara en 1817 el religioso de origen Francés Marcelino de Champagnat.
Los colegios que instituyeron los seguidores de aquél gran apóstol los dirigían los llamados "Padres Maristas", "Sacerdotes de María", o simplemente "Hermanos Maristas".
Los planteles se instalaron en cuatro poblaciones: Jacona, Zamora, Sahuayo y Uruapan.
Sobre el caso de "El Colegio Marista de Uruapan", a pesar de su corto tiempo de servicio, fue el primero de su tipo que se sitúo en el pueblo, en la última etapa del Porfiriato.
Precisamente, a principios de 1902, José de Jesús Fernández, Vicario de Uruapan, sometió a consideración de las autoridades religiosas responsables del Apostolado, la creación e instalación de un colegio de los hermanos maristas para que funcionara como un espacio educativo alternativo en la entonces pequeña ciudad del Cupatitzio.
Los superiores estudiaron el caso y únicamente tardaron tres meses en dar una respuesta favorable a la razonada petición del Vicario. Así iniciaban los primeros pasos del Colegio Marista de Uruapan.
Al acceder a la solicitud del Vicario, al principio se decidió mandar a Uruapan a cuatro Hermanos que se harían cargo y acreditarían al nuevo plantel religioso.
El primer año que abrió sus puertas el colegio fue en 1903 y a partir de ese año, los Sacerdotes de María se esforzaron por lograr que el colegio fuera de excelencia educativa, apegado a los principios de las buenas costumbres y moral religiosa.
Como era normal, en aquellos días el colegio no disponía de instalaciones propias, y ante esta carencia, por unos meses se le destinó como espacio físico un caserón que se localizaba a unas cuadras del centro de la población, al parecer donde ahora se ubica la Escuela Primaria Estatal "Vasco de Quiroga".
Su estancia ahí fue breve, puesto que al ver la noble tarea; rápido se les entregó el inmueble de un hospital que, desde unas dos décadas atrás, era administrado por una congregación de religiosas diocesanas. No presentó ningún contratiempo para facilitar ese sitio, a raíz de que el nosocomio no tenía gran demanda en sus servicios de atención médica.
El nuevo domicilio estaba en la calle de la Unión Número 11, esquina Morelos, hoy calle 5 de febrero, esquina Morelos; exactamente donde actualmente se encuentra la Escuela Primaria Federal "Ignacio M. Altamirano"; sobre la misma calle en que en 1913 se estableciera el "Hotel Progreso", propiedad de la conocida familia Villalobos.
En otro orden de ideas, aunque según el semanario "Crítica" (año XXXII, número 1682, Uruapan, 20 de mayo de 1973), había sido edificado en 1879. En su obra monográfica de Uruapan, Francisco Miranda asegura que los antecedentes del inmueble data de 1892, pues "cuando un grupo de religiosas del Sagrado Corazón, en el tiempo en que el párroco de esta población era el Pbro. Ramón Paz, se establecieron en Uruapan en otro sitio conocido como "La Casa del Diezmo", de ahí se cambiaron a un edificio de 5 de Febrero, que recién se había construido para su albergue. Sin embargo, debido a las pocas religiosas que estaban en tan espacioso lugar, el inmueble hacia 1903 les fue otorgado a los Hermanos Maristas, para utilizarlo como plantel".
En cuanto a la construcción del edificio, era sencilla, pero luciente; se entraba por un portón de madera. Por sus características, fue muy similar a la que ahora conocemos como Casa de la Cultura. El inmueble ocupaba dos pisos de gran altura, en su planta baja estaba el patio central rodeado de tres portales hechos de cantera; y detrás del mismo se encontraba otro más pequeño. Sus paredes construidas de adobe, con ventanales hacia la calle. En fin, lo amplio de su espacio permitía disponer de un espacio propio para la escuela de los maristas.
En la novela "Heroínas Anónimas. La Tarquina", escrita por el coronel de caballería Alfonso Fuente López, habla sobre el edificio, el cual recuerda que "era una casona de techumbre de tejas y de dos aguas, de dos niveles, de galerones largos y obscuros, de patios cuadrados y en declive, pero muy cerca del centro de la población".
Respecto al plantel, en sus primeros dos o tres años de servicio, se buscó el apoyo económico de la sociedad pudiente de Uruapan para su mantenimiento, con el propósito de que fuera el adecuado para la enseñanza a niños y jovencitos, vecinos de Uruapan y lugares circunvecinos.
De los uruapenses que apoyaron en gran medida a los hermanos maristas, es meritorio citar en primer lugar a los señores Wenceslao y Silviano Hurtado, alguna vez accionistas de la Fábrica de "San Pedro", además del maestro Luis Calvillo, pariente de don Celso de mismo apellido.
Por otro lado, la calidad de la enseñanza y el plan de estudios que ofrecía el colegio era aceptable, al tiempo que las materias las impartían profesores de sobrada preparación pedagógica. Eran dos cursos los que se ofrecían: el Curso Elemental y el Curso Superior.
En el Curso Elemental, que era de cuatro años, se daban clases de Escritura, Caligrafía, Geometría, Aritmética, Geografía, Ciencias, Composición Castellana, Inglés, Francés, Gramática, Historia Universal, Poesía, Dibujo, Inteligencia, Lenguaje, Historia y Religión, entre otras.
En tanto, para el Curso Superior, al parecer de tres años, correspondiendo a la continuación del anterior, se impartían las materias de Ciencias, Ortografía, Geografía, Geometría, Aritmética, Música, Botánica, Composición Castellana, Comercio, Inglés, Apologética, Química, Matemáticas, Método Hamburgués, Contabilidad y Religión.
Desde el inicio el plantel fue respaldado por maestros muy bien preparados, todos ellos del Apostolado. De los que se recuerdan se encuentran: Leopoldo Levequè, Enrique Armancio y Ramerè. Este último fue un gran impulsor del colegio, pues bajo su dirección aumentó considerablemente el estudiantado.
La sociedad uruapense muy rápido se interesó por enviar a sus hijos con los maristas, lo que originó que a causa del favorable incremento estudiantil, Ramerè tuviera que pedirle al Obispo que permitiera utilizar varios cuartos en desuso que estaban la parte trasera del colegio para habilitarlos de salones, con la idea de incrementar el número de colegiales y atender a todos los escolapios externos.
Además del hermano anterior, se sabe que Monseñor José Othón Núñez, ocupó la dirección del plantel por algún tiempo, mismo que se caracterizó por tener una mentalidad creativa, siendo seguidor de los pasos de Ramerè.
Durante el ciclo escolar de 1908, el plantel religioso se encontraba en su mejor momento. Las bondades de los hombres pudientes del pueblo, la buena planeación, organización y vigilancia de los directivos; el empeño del profesorado y las ganas con que estudiaban los jóvenes pupilos, hacían del colegio uruapense que fuera el más distinguido de los cuatro que estaban en Michoacán.
También, en su padrón de estudiantes se llegaron a encontrar muchos hijos de políticos, comerciantes, hacendados, profesionistas, ricos, y hasta algunos pobres del pueblo.
En el caso de aquellos que no contaban con dinero suficiente para la colegiatura, bastaba con que sus papás solicitaran apoyo a las autoridades religiosas, para que les cobraran menos. Es muy seguro que muchos estudiantes de escasos recursos se beneficiaron de ese modo.
La lista de estudiantes que pasaron por el colegio es grande, pero existen muy pocos datos disponibles al respecto. Sin embargo, con seguridad y de acuerdo a testimonios orales, se puede asegurar que estudiaron ahí hijos de familias reconocidas, tales como: Calvillo, Treviño, Orozco Cázares, Alvarez Treviño, Hurtado, Ceja Barajas, Mora Velázquez, Martínez, Farías, López, Quesada, Espinosa, García Chapina y Camorlinga.
Todo marchaba bien para los maristas en sus primeros seis años de vida. La llamada tranquilidad porfiriana que prevalecía en el pueblo, daba un futuro promisorio al plantel.
Sin embargo, fue en mayo de 1911 cuando iniciaron los primeros episodios revolucionarios en Uruapan por conducto de Marcos W. Méndez y otros correligionarios, quien adherido al Maderismo, al igual que Salvador Escalante en Santa Clara; se levantó en armas por la región de Uruapan, llegando a ocupar esta plaza algunos días.
A partir de ese momento, la Perla del Cupatitzio, sería lugar de choque entre las distintas causas revolucionarias; pues aquí habrían de llegar maderistas, carrancistas, obregonistas, etc.
Incluso, las condiciones en que se encontraba México, y por ende en todos los estados de la república, repercutieron en la economía, el comercio y la educación del vergel michoacano.
Muchas veces los revolucionarios saquearon los negocios más importantes de aquí. Muy bien se recuerda aquella vez que los "revolucionarios" robaron las conocidas tiendas locales "La Isla de Cuba", "Los Dos Mundos", "El Negro", etc., negocios propiedad de comerciantes entregados a su trabajo.
Lo mismo ocurrió con las instalaciones de las dos fábricas de hilados y tejidos de Uruapan (La Providencia y San Pedro) en las que hubo sonados enfrentamientos. Y también en la de la Empacadora de Carnes "El Popo", localizada donde ahora se ubica la Facultad de Agrobiología dependiente de la UMSNH, sucedió algo parecido.
Estos y algunos episodios más originaron una notable intranquilidad e inquietud social que en realidad estaba repercutiendo directamente al servicio del colegio marista, aún cuando los directivos señalaban que hasta 1911 la cifra del estudiantado había rebasado los 250 estudiantes externos, la mayoría de Uruapan; y con la asistencia de ocho hermanos profesores.
Para 1913 las cosas empeoraron en la economía y tranquilidad de muchos comerciantes y hacendados de la región, incluyendo por supuesto al plantel religioso.
La vida del colegio estaba por concluir. Ese año, ya sólo asistían veinte alumnos de paga, lo que no cubría las mínimas necesidades económicas de tal centro de enseñanza. Había que tomar una decisión pronto, por lo que se planeó emigrar a los pocos estudiantes a otros planteles más seguros.
En 1914, iniciaba en Michoacán, incluyendo Uruapan, la conocida "Revolución Constitucionalista", dirigida por Venustiano Carranza. Comenzaba la revolución carrancista al tiempo que el colegio llegaba al fin de su ciclo de vida. Aquellos maristas ya no volverían a usar el inmueble que sólo unos años atrás les había cedido la congregación de religiosas diocesanas. Con gran tristeza, y encomendando la situación a Dios, cerraron sus puertas para siempre. A pesar de que en una década el Colegio Marista de Uruapan se mantenía en su mejor momento.
Por otro lado, luego de un corto tiempo de estar en la penumbra, y por unos años, entre 1915 y 1920, se sabe que el inmueble de los maristas se habilitó como mesón, o mejor dicho como vecindad para gente muy necesitada, fue cuando se le bautizó con el nombre de "El Asilo" de Uruapan.
Más tarde se destinó como "Cuartel de Caballería", de ahí el nombre con el que también el pueblo lo conocía: "El Cuartel del Asilo".
Al inicio de la segunda década del siglo pasado, hay pocas referencias sobre el verdadero uso de la ex propiedad de los maristas, aunque el 24 de enero de 1919, una nota publicada en el semanario uruapense "El Tirabuzón", editado por el señor Bernardo Quesada, hace un señalamiento al presidente de ese entonces, sobre la situación deplorable en que se encontraba. Por su valor testimonial trascribimos la nota:
"Es público y notorio que el Colegio Ex-Marista, una de las fincas más grandes de esta población, está convertido en casa de vecindad y que en ella se han refugiado varias familias que, huyendo de la revolución y de sus horrores, han venido de sus pueblos dejando en ellos los escombros de lo que antes era su hogar; hay familias de Paracho, Apatzingán, Nueva Italia, Lombardía, etc., que habiéndoseles dificultado encontrar una casa sola donde vivir han tenido, repito, que refugiarse muy a su pesar, en el antiguo Colegio, y he aquí que en lugar de encontrar asilo seguro y tranquilo, se han encontrado con unos nerones (digo administradores) que los extorsionan y humillan…a usted Sr. Presidente va dirigida esta queja, a usted que se le ha visto celoso por el bienestar de nuestro pueblo, le suplicamos haga desaparecer esa polilla. Vaya usted por un momento a ese Ex-Colegio y se convencerá del estado de insalubridad en que se encuentra; ya no es una casa, sino un mesón destruido e indecente, una amenaza de muerte para muchos y esto en el corazón de la ciudad, en plena Avenida 5 de Febrero. Desde de la puerta de entrada se nota el desaseo, agua estancada y fétida; el interior sólo viéndolo, las escaleras destruidas y los techos y las paredes desplomándose; pero ni un solo adobe se ha comprado para la compostura, a pesar de que la desaparecida empacadora (Popo) ha dado los miles y miles de pesos con las maquinarias y muebles que han vendido todos los administradores cobrando de allí sus sueldos, descansando tranquilamente en sus hoteles, extorsionando a los que viven en sus fincas, cobrándoles 8, 10 y 15 pesos por un cuartucho redondo e indecente.
Esto es cierto señor Presidente, haga usted justicia al necesitado. Usted puede entenderse directamente con la Administración General de Fincas I., poniendo coto a los abusos de los administradores; que si no, hablaremos alto y seguiremos hablando hasta que se nos oiga. ¿En dónde están pues los efectos de la Revolución? ¿Cuáles son las ventajas que el pobre tiene, cuando viene huyendo de los que lo hostilizan con las armas y se encuentra aquí quien los hostilice con su egoísmo y su sed de dinero?
La temporada de aguas se avecina y con ella también el derrumbamiento de ese edificio.
¡Sr. Presidente, haga usted algo por los que están propensos a tener muerte de sapo!".
Cabe Decir que, para los siguientes años esa propiedad, con los nuevos decretos presidenciales, se les quitó a los religiosos quienes eran propietarios del lugar.
Exactamente, entre 1935 y 1936, el gobierno cardenista emitió varios decretos, en los cuales se acordaba que "propiedades y espacios físicos hasta esos días a título eclesiástico, pasarían a formar parte de los bienes de la federación".
Sobre los decretos emitidos en el Diario Oficial hubo gran polémica e inconformidad por parte de la comunidad religiosa. Pero, el ejecutivo no se retractó y actuó en consecuencia.
Relativo a Uruapan, como en otras poblaciones michoacanas, las propiedades de la iglesia fueron cedidas a la federación. Basta citar los siguientes ejemplos.
En septiembre de 1935, el Diario Oficial confiscó el Atrio del Templo de San Francisco (era una parte de la Plaza de los Mártires de Uruapan) y la Capilla del Hospital del Santo Sepulcro, que estaba al lado de la Huatápera; ambas, como se dijo anteriormente, propiedades eclesiásticas.
Un mes después, corrieron la misma suerte el Hospital Fray Juan de San Miguel y un terreno ubicado en la esquina de las calles García Pérez y la Aurora, que era parte de la amplia extensión que tenía la Capilla del Barrio de San Miguel.
En noviembre, igual ocurrió con una pieza y patio de la casa situada en la esquina de las calles de la 2ª. De Morelos y la 1ª. De las Flores, hoy Morelos esquina Aldama. Por su parte, el edificio de "El Colegio de los Maristas", pasó a ser propiedad de la federación en febrero de 1936, y con ese hecho, ya nunca más volvería a ser propiedad de la iglesia.
Por eso, para 1936, el inmueble de 5 de febrero esquina Morelos, se destinó a otras actividades, aunque, como veremos, al final volvería a ser espacio para la enseñanza escolar.
Así, durante el gobierno municipal del Mayor del Ejército, Albino Hernández Galarza, por los años de 1938-1939; se trasladaron del portal "Matamoros", al edificio del ex colegio marista, las oficinas de la Presidencia Municipal y la Cárcel Preventiva, las que desde finales del siglo XIX estuvieron en dicho portal, de ahí lo de "El Portal de la Cárcel".
Al antiguo edificio de la calle de 5 de Febrero, se destinaron las oficinas judiciales, Penitenciaría y de Rentas, colocadas en la planta baja del edificio, y a la entrada del portón principal se instalaron las oficinas del Sub-Sector Militar, que en esos días estaba a cargo del coronel de caballería Florencio E. Anitua, por cierto en 1934 el General Félix Ireta Viveros, quien llegó a ser gobernador de Michoacán, era el Jefe del 26 Regimiento Militar que se localizaba en el edificio de los maristas.
En la planta alta se ubicaron las oficinas de la Presidencia Municipal y las correspondientes al Registro Civil, atendidas por su titular Neftalí Chávez Granados, aunque lógicamente llegaron a ocupar ese puesto otros jueces.
Por aquellos ayeres sería de mucho movimiento el antiguo edificio de los maristas, pues las autoridades locales atendían las demandas de la población. Además, era notoria la concurrencia de los licenciados y litigantes que continuamente iban a ver sus asuntos y la revisión de dictámenes pendientes, entre ellos; Luis Loya Villaseñor, J. Jesús Villegas, Miguel Mora Velázquez, José Ugarte, Pedro Escobedo y Eudave, etc.
Así, el edificio por más de 16 años albergó las oficinas del gobierno local y otras dependencias, así como la preventiva.
Los ex presidentes del municipio de Uruapan que ahí administraron su gestión fueron: Jesús Espinoza, José Bejarano Armas, Adolfo Arceo López, J. Trinidad Hernández, Ramón Robledo, Federico Ortiz Ayala, Valente Garibay Palafox, Mario Ramírez Pérez, J. Jesús Fernández Balderas, Roberto Pérez Magaña, Francisco Suárez Vázquez, Mayor Eleazar Pedraza del Río, José María García, Luis Anaya González, Ignacio Valencia A., Pelagio A. Rodríguez, Víctor Salcedo Espinoza, Salvador Pedraza G. y Albino H. Galarza.
A propósito, a un costado de la Presidencia Municipal, por Madero, estuvo por muchos años un establecimiento muy concurrido por el "populacho", donde se expendían bebidas alcohólicas y que regenteaba el señor Matilde Vizcarra, alías "Viscarrita".
También frente al edificio, vivió el hombre más rico de Uruapan, don Luis Coria Campos, aquél que una vez en México le preguntaron:
-¿Usted es de Uruapan? A lo que les contestó:
-¡No, Uruapan es mío!
Continuando con la historia de la finca, en 1954 el general Lázaro Cárdenas, realizó personalmente una revisión de los planteles escolares del municipio, siendo Vocal Ejecutivo de la Comisión del Tepalcatepec, para ver si se podía gestionar recursos y canalizarlos al mejoramiento de las escuelas.
Al inspeccionar la escuela primaria Altamirano (que desde 1924 se ubicara en donde hoy está la Casa de la Cultura) y ver las condiciones en que se hallaba, giro instrucciones para que el plante se cambiara al inmueble de los maristas, donde la vida de los pequeños quedaría bien garantizada por las condiciones en que se encuentra el edificio.
Por lo tanto, en enero de 1955, siendo alcalde Salvador Pedraza G., se realizó el cambio de las oficinas de gobierno y demás dependencias a donde se encontraba la escuela primaria y viceversa, la escuela se ubicó en el multicitado ex-colegio de los maristas.
Cabe agregar que en aquél sitio estuvieron las oficinas del gobierno local del citado 1955 hasta 1992, pues el 22 de junio de este año, el gobierno de Agustín Martínez Maldonado aprobó su trasladó a donde ahora se encuentran, en la Avenida Chiapas, y por lo consiguiente la Casa de la Cultura, abrió sus puertas al público, el 21 de octubre de 1992, misma que hasta nuestras fechas sigue siendo el lugar para las diversas expresiones artísticas.
Por su parte, una vez libre el inmueble, en el lugar donde se encontraban las oficinas municipales se instaló el espacio físico para la escuela primaria "Ignacio Manuel Altamirano", antes localizada de 1924 a 1954, en unas piezas de la citada Casa de la Cultura.
Todo cambia para bien o para mal. Ante sus condiciones deplorables en que se hallaba, a mediados de los años 70´s, por órdenes del gobierno, se mandó tumbar el edificio del antiguo colegio marista, y, en su lugar se estrenó un moderno edificio para la escuela primaria, por eso este último inmueble es relativamente nuevo.
A consecuencia de un temblor ocurrido a principios de enero de 1973, el cual había originado cuarteaduras y era un riesgo para los escolapios y maestros de la Altamirano, ya se pensaba en construir otro edificio.
El 20 de mayo de 1973, una nota publicada en el citado semanario "Crítica", ejemplar 1,682, expresaba lo siguiente:
"Desaparece el vetusto caserón marista. El vetusto caserón que fuera construido allá por el año de 1879, está siendo demolido como consecuencia del sismo del 31 de enero de este año, pues sufrió graves cuarteaduras, con lo que puso en peligro la vida de centenares de escolapios y de maestros que pertenecían a la Escuela Primaria Ignacio M. Altamirano. Este edificio que en sus primeras épocas funcionó como colegio marista, luego se destinó para Oficinas Públicas y Cuartel Militar, posteriormente como escuela y penitenciaria, Radiotelecomunicaciones Eléctricas, Inspección Escolar de la 8ª Zona Militar y la 4ª Zona de Educación, lo que deja libre el edificio aludido para su total demolición, los alumnos del turno matutino se cambiaron a la Escuela Secundaria Nocturna "Benito Juárez"; los del turno vespertino a la Escuela Primaria "Juan Delgado", de los reclusos aún no se ha pensado a dónde se cambiaran; la Radiotelecomunicación, se cambió al Pasaje Martínez No. 130 altos, la Inspección Escolar 8ª, se fue a la Escuela Primaria "Vasco de Quiroga" y la Inspección Escolar 4ª a la Primaria "Profesor Juan Delgado".
Ya a principios de 1974, de acuerdo con Carlos Talavera y Díaz, el antiguo colegio marista, llamado también en esos años "El Asilo2, había sido demolido, tal como lo señala en el semanario "Vanidad", año XIII, número 688, 24 de enero de 1974.
De "Crítica", año XXXIV, número 1771, 2 de marzo de 1975, reproducimos esta noticia:
Maestros y alumnos felices por la inauguración de su nueva escuela. Edificada en el antiguo edificio de los Hermanos Maristas.
Uruapan, Mich.- Por fin, la escuela Altamirano que sienta en Uruapan, uno de de los más limpios precedentes en materia educativa por la eficacia y la gran honestidad profesional de los maestros que desde 1920 a esta fecha han prestado sus servicios, fue inaugurado por el gobernador Torres Manzo, ante la presencia del Profesor Jesús Contreras Muñiz, Director de Educación Federal y del Estado.
En la ceremonia oficial, estuvieron centenares de padres de familia, más de 2 mil escolapios que forman la comunidad escolar de dicha escuela y claro, sin haber faltado la presencia de las autoridades y nuestros legisladores de este distrito electoral".
Sin embargo, a criterio personal, fue una lástima haber permitido destruir el viejo edificio que albergara hace un siglo a los maristas, ya que perteneció a uno de los pocos edificios históricos que tenía Uruapan. No era necesario edificar otro nuevo, ya que desde hace tiempo existen profesionistas que se dedican al rescate, restauración y conservación de monumentos históricos. Pero por desgracia así fue, se destruyó.
Ocurrió tal y como fue el destino final de otros edificios, por ejemplo, el de la Oficina Federal de Hacienda y del "Teatro Juárez", por decir citar un par de ellos.
En fin, sólo el tiempo y los recuerdos pueden mantener vivo aquél claustro tan hermoso que tenía el edificio, sus espaciosos salones, sus patios, y una fachada que representaba una joya arquitectónica de hechura porfiriana, modesta pero orgullosamente uruapense y muy similar a la actual “Casa de la Cultura”.


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