Hace una década no lo sólo no lo creíamos, sino que muchos pensaron que las denuncias de ecologistas eran sólo voces alarmistas para llamar la atención sobre sus organizaciones.
08:28 PM 05/04/2010
Hace una década no lo sólo no lo creíamos, sino que muchos pensaron que las denuncias de ecologistas eran sólo voces alarmistas para llamar la atención sobre sus organizaciones y ganar con ello recursos con no muy claro destino.
Ahora las cosas han cambiado, la tierra ha cambiado y la propia naturaleza ha dado la razón a quienes en su momento advirtieron sobre el calentamiento global. El medio ambiente ha iniciado el ajuste de cuentas y es necesario atender de inmediato al cobrador.
El tema no es ya un asunto de utopías ecologistas, el cambio climático golpea las economías mundiales y es una seria amenaza no sólo para los países en desarrollo, sino también para las naciones súper industrializadas.
Se advierte de sequías y otros extremos como tormentas e inundaciones por el crecimiento del nivel del mar, producto del calentamiento de los polos y el desprendimiento de gigantescos bloques de hielo.
Escenas como la de un enorme iceberg dirigiéndose a Australia podrían parecer resultado de un delirante relato de ficción. Por desgracia, no lo es.
El huracán Katrina devastó las playas de Cancún, el mar se tragó varios cientos de metros de litoral y en Tabasco desapareció comunidades enteras. A finales de 2009 una tormenta tropical a la que no se le prestó atención inicialmente, devastó por completo poblados en Michoacán (entre ellos, Angangeo que prácticamente fue arrastrado por el agua y los deslaves). En valle de Chalco, de la zona metropolitana del Distrito Federal, fueron miles los damnificados por las inundaciones.
Y después del exceso de lluvias, vienen las severas sequías que golpean concreta y objetivamente la producción agrícola; aspecto que impacta a su vez en los precios y en la escasez de los alimentos e insumos que provienen del campo.
El cambio climático está aquí y nos afecta a usted y a un servidor, a todos sin distingos.
En este sentido y bajo estas condiciones, es indudable que en la actualidad todo plan de gobierno debe tomar seriamente en cuenta aspectos de tipo ambiental para la protección de las áreas naturales, si es que se busca el desarrollo sustentable.
Los gobiernos, de todos los niveles, deben estar muy atentos a la protección y administración de los recursos naturales y ya no solamente por cuestiones de tipo subjetivo, como la belleza de un paisaje natural; sino porque el permitir la destrucción de los ecosistemas equivale a poner una pistola en la sien de las próximas generaciones e incluso para la generación actual, pues los procesos de deterioro ambiental son cada vez más dramáticos y de efectos negativos inmediatos.
Pero ante el cambio climático es necesario primero un cambio mental; tener conciencia de que las economías enmarcadas en eso que el Papa Juan Pablo II fustigó calificándolas de “capitalismo salvaje”, a corto, mediano y largo plazo se han traducido en un abordaje bucanero de saqueadores de materias primas en detrimento de los países menos agraciados en aspectos de desarrollo social.
Las grandes potencias han tomado lo que han querido…y quieren más. Las grandes industrias y la generación de gases que provocan el efecto invernadero, nos tienen al bordo de un colapso ecológico.
Pero la culpabilidad ni es tan distante ni ajena, también en nuestro entorno inmediato hemos colaborado con la destrucción del medio ambiente. La brutal generación de basura doméstica y la incapacidad e indiferencia para reciclar, son una muestra del grano de arena que hemos puesto en la inmensa playa del Apocalipsis ambiental.
El cansancio de las tierras de cultivo por un trato irresponsable y basado en la ganancia inmediata, es otro aspecto que en México es un problema que nadie quiere atender.
La contaminación de los ríos es otro problema alarmante y que, para nuestra desgracia, ubica a San Luis Potosí entre los primeros lugares de cuerpos de agua contaminados.
Urge una política ambiental efectiva y con visión de futuro; de lo contrario, la naturaleza habrá de recordarnos muy pronto quién manda aquí.
Finalmente, contra el cambio climático hace falta un cambio mental.
La diputada local busca incorporar el acecho como figura penal autónoma y reconocerlo como un acto que atenta contra la libertad y seguridad de las mujeres.