Dr. Jekyll y la Sra. Hyde Dr. Jekyll y la Sra. Hyde

20:22:26 / 13/05/2018

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¿DONDE ESCONDES UN ÁRBOL? EN EL BOSQUE

Este principio fue aplicado por el grupo que pretende despojar la Universidad de su autonomía, a los trabajadores universitarios (docentes y administrativos) de sus derechos laborales. (ej.: jubilaciones) y, de paso obligar la Casa de Hidalgo a arrodillarse ante una reforma de “Ley Orgánica “diseñada para permitir a un grupo asestar un «golpe constitucional» a base de “transitorios “.

Un golpe constitucionalizado, desde el cual desestabilizar el proceso de sucesión de rectoría y regresar al control de la UMSNH. Una universidad, hay que enfatizarlo, que ellos mismos dejaron exangüe y, en quiebra.

Así que, operaron desde la construcción de un doble discurso: el de una narrativa «pública» de “salvadores” y, de un enmarañado «legislativo» de destructores.

Lo hicieron, como siempre, a través de la eterna encargada de las «operaciones» dobles (otros, no tan diplomáticos, dirían «sucias») y de manipulación «suave» desde una curul estatal. Un golpe a que llamaron de «reforma presupuestal progresiva» donde escondieron el «árbol» de la regresividad financiera y el «árbol» de la muerte de la «autonomía universitaria» en tres transitorios.

Transitorios ,tres transitorios , votados , deliberadamente, a vapor en comisiones , ya después de un texto inocuo, lleno de genéricas planitudes y de grandes lagunas legislativas , presentado mediáticamente como « solución» nicolaita , o sea como el « bosque » , dentro del cual se ahogarían las pistas de la verdadera intención del legislador ( los 3 transitorios) y , se neutralizaría , operativamente, el movimiento de rechazo al golpe constitucional.

En la calada maniobra, operada en comisiones y negada en titulares , el frío cálculo político y con la más maquiavélica bipolaridad de un “Dr. Jekyll y de la Sra. Hyde” casi asesinan a la bicentenaria Máxima Casa de Estudios.

En el bosque de la ignominia legislativa estaban plantadas las 3 semillas de la cicuta. El todo “vestido para matar” en un diseño de falacia legislativa, minuciosamente (punto a punto,

transitorio a transitorio) planeado, con tiempos cronometrados para acobijarse a la sombra de la agitación electoral y, felizmente (para todos nosotros), ejecutado con las patas