El cultivo del aguacate y su letal impacto ambiental y social
06:19:07 / 13/05/2016
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EL CULTIVO DEL AGUACATE COMO CLAVE DE LA ECONOMIA MICHOACANA Y SU LETAL IMPACTO AMBIENTAL Y SOCIAL
Por, Juan M. Madrigal M. (UNAM, UNIVA, UMSNH, UDV)
Uruapan, Mich.- El cultivo de aguacate (variedad hass) es significativo en la economía de México y clave en Michoacán (el 27.8 % del PIB primario estatal, 2008). En 2010 la superficie cultivada en el país fue de 134 mil ha y la producción de 1,100,000 toneladas. Michoacán participa con el 74% de la superficie cultivada en México, y el 84% de la producción nacional. El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) estimó en el 2012 una producción de 1,300,000 toneladas. México contribuye con el 37% de la producción mundial. En el año 2010, el valor de la producción nacional fue de 12,459 millones (mn) y el de la exportación de 812.2 millones de dólares.
Esta producción a ocasionado un acelerado cambio de uso del suelo forestal a huertas de aguacate, lo que ha provocado un grave proceso de deforestación de 690 ha anuales y gran contaminación por agroquímicos. Esto trae grandes implicaciones en el balance hídrico de las cuencas, servicios ambientales a la sociedad como el agua y la conservación del suelo. Esto hace que urja la ordenación territorial de este cultivo y el uso sustentable de los recursos forestales.
El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) considera que un punto importante en la solución de esta problemática es disminuir la presión sobre los bosques michoacanos mediante el cultivo de aguacate en áreas propicias ya identificadas en Morelos, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Nuevo León, Tamaulipas y Puebla. Así se frenaría la expansión territorial en Michoacán (véase, Inifap, Impacto del cambio de uso de suelo forestal a huertos de aguacate, Ed. Sagarpa-Inifap, Michoacán, 2012, p.1).
La producción de aguacate es una de las principales fuentes de divisas para Michoacán pues exporta más de 250 mil toneladas al año, generando más de 800 millones de dólares y cerca de 50 mil empleos, pero esta actividad con su cambio de uso de suelo disminuye la infiltración de agua hacia los mantos freáticos, aumenta la evapotranspiración, y esto reduce el caudal en los manantiales. Por otro parte, se dejaron de absorber más de 0.5 toneladas de carbono por año; se afecta el clima y la biodiversidad en los bosques (flora, fauna, etc.).
Urge la valoración multifuncional del bosque, investigaciones, responsabilidad y organización social, aplicación de políticas públicas basadas en el Desarrollo Sustentable, aplicar los marcos legales, ordenar el cultivo y frenar su expansión territorial.
Este cultivo a traído grandes cambios en la cultura agrícola de Michoacán, como la casi desaparición del sistema agrícola maicero, conflictos agrarios especialmente por la privatización de ejidos y tierras comunales; proliferación de empresas de agroquímicos, maquinaria agrícola, técnicas de irrigación. Esto ha generado empleos y derrama económica, pero en general el modelo de producción es extractivo, industrial, contaminador, obsoleto y depredador, no es sustentable ecológicamente.
México, a través de Michoacán, es el líder mundial productor de aguacate hass y el principal consumidor (8kg/año) pero en cuanto a rendimiento ocupa el 4º lugar mundial (10.1 t/ha), después de la República Dominicana (19.3 t/ha), Colombia (16.1 t/ha) y Brasil (12.9 t/ha). La producción en México representa el 36.5 % a nivel mundial. Este cultivo crea 1.5 empleos por cada 10 ha. En 2008 se calculo que una hectárea de aguacate generaba $94,267 y una hectárea de madera en rollo $15,000 (aprox.). Esto permite comprender el por qué del arrasamiento de bosques para cambiarlos a huertos de aguacate hass.
El aguacate genera 304 mil empleos anuales y en este lapso más de 11 mil millones de pesos; el bosque anualmente genera 90,400 empleos al año, pero el bosque da cuatro tipos de servicios ambientales: captura de carbono, agua, belleza y la conservación de la biodiversidad (flora, fauna, etc.), esto implica retención del suelo, oxigeno, mitigación de los efectos del cambio climático. La biodiversidad es la riqueza de la vida misma.
El cultivo excesivo de aguacate trae destrucción del habitat, monocultivo, introducción de especies exóticas, contaminación por fertilizantes y agroquímicos sintéticos, incendios forestales, concentración de capitales, desaparición del cultivo de maíz y su cultura, etc. Cuatro especies de pinos clave en Michoacán se encuentran “en riesgo inminente de desaparecer” (INIFAP): Pinus oocarpa, P. douglasiana, P. pseudostrobus y P. montezumae.
Hay numerosas leyes y reglamentos, federales y estatales, con la intención de regular la producción de aguacate, la agrícola en general, y proteger a los bosques, como la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), especialmente en los artículos 16,17,24 y 59 de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable. Aunado a estas legislaciones, el Código Penal Federal en su artículo 418 establece como delito ambiental combinar el uso del suelo (CUSVF) ilegalmente en una zona con vocación forestal.
A lo anterior hay que sumarle las leyes para Michoacán asentadas en su Ley de Desarrollo Forestal Sustentable, y la Ley Ambiental de Protección del Patrimonio Natural, con sus respectivos reglamentos y normas oficiales (NOM), pero como dice el propio INIFAP (como instancias de gobierno) “desafortunadamente la aplicación de estas leyes y normas se dificulta por la nula o escasa coordinación entre las instancias de gobierno responsables” (INIFAP, ob. Cit,p.9).
No hay voluntad gubernamental ni ciudadana. Diariamente es evidente el arrasamiento de bosques y su sustitución ilegal con plantas de aguacate en todo el paisaje michoacano. La encargada de sancionar administrativamente el CUSTF (cambio de uso de suelo en terrenos forestales) es la Secretaria de Medio ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), las penas van de seis meses a nueve años de prisión, y multas de 100 a 3 mil días de salario mínimo.
La determinación de indicadores de impacto ambiental y socioeconómico aun son inconclusos y pocos, falta investigación (ibídem, p.25), los indicadores existentes son: crecimiento demográfico, consumo de recursos, contaminación, y bienes que generan los ecosistemas (extensión, ubicación, tamaño, distribución, producción), cambio de uso de suelo y erosión, producción y manejo forestal, clima y altitud, generación de empleos, costos y valor de la producción.
El relación al cambio de uso de suelo en Michoacán, por ejemplo en el año 2000, respecto a los bosques, de 1,555,834 hectáreas se afectaran 102,538 ha; y de selvas, de 1,734,149 se cambiaran 322,613.5 ha (ibidem, p.69). En la Meseta Purhépecha, donde habita la mayor parte de la población de este pueblo originario, entre 1976 y 2005 se ha cambiado el uso del suelo en 15,545 ha de bosques de coníferas con latifoliadas (idem). Los huertos aguacateros en la Meseta rara vez son propiedad de indígenas, son usualmente de empresarios urbanos.
En Michoacán el 51.47% de los bosques presenta “fuertes problemas de erosión” (altos o severos) (año 2001). Las causas son la deforestación y cambio de uso de suelo (64.42% de lo erosionado) y el mal manejo de suelo agrícola y el sobre pastoreo. Se calcula que el cultivo de aguacate provoca la pérdida de 20 toneladas de suelo por ha en un año (ibidem, p. 73).
La Meseta Purhépecha, corazón de la cultura michoacana, incluye 20 municipios, abarca una superficie de 1.1 millón de ha, y de estas 360 mil están deforestados, de ellas al menos 110 mil ha son huertos de aguacate, y las demás deforestados son de cultivos básicos (maíz, papa, coliflor, trigo, etc.) y pastizales. El bosque restante sufre incendios, tala inmoderada, robo de madera, vandalismo y plagas. El ritmo de deforestación es de más de 10 mil ha/año en la Meseta (Comisión Forestal de Michoacán, COFOM, 2003).
El clima en la Meseta Purhépecha muestra ya alteración en su patrón de lluvia: se registró (año 2010) menos días de lluvia durante la temporada y lluvias más intensas en 24 horas lo que causa daños ambientales y la posibilidad de desastres a la gente. Paradójicamente en los últimos 10 años llovió mas (1,850 mm de promedio) que hace 40 años (1,500 mm) en promedio.
El consumo de agua del aguacate con riego es tres veces mayor que el de los bosques (ibídem, p.46). En la franja aguacatera de Michoacán hay sobreexplotación de acuíferos y uso ilegal de pozos profundos, fuerte contaminación de los acuíferos, suelos, flora, fauna y seres humanos, y poca disponibilidad de agua para la gente, especialmente para la más pobre. Un árbol de aguacate requiere 700 m3 de agua por ha durante el estiaje (enero-mayo), por esto compite con las poblaciones por el agua.
Por ejemplo, el agua que brota en los manantiales de la Barranca del rio Cupatitzio se genera en los bosques de la Meseta Purhépecha. En dos de los principales manantiales en este parque, La Yerbabuena y La Rodilla del Diablo, “se aprecia una disminución importante en los caudales en mediciones realizadas en 1974, 87, 90 y 97” (ibídem, p.49). En 1974 en La Yerbabuena el aforo fue de más de 1.2 m3/s y en 1997 de 0.7 m3/s; y en La Rodilla del Diablo en 1974 el aforo fue de casi 5 m3/s y en 1990 de 2 m3/s. Es fácil observar en las gráficas que la disminución de los aforos coincide con el aumento del cultivo del aguacate, su cambio de suelo y tala de pinos (“fábricas de agua”).
No cabe duda: hoy, el principal destructor de los ecosistemas michoacanos es el cambio de uso de suelo de bosque a huertas de aguacate hass lo cual está trayendo un cambio radical en la cultura purhépecha, alma de Michoacán, y constituyendo la punta de lanza de la globalización neocapitalista en todo el estado con sus secuelas de confusión, violencia, caos, inseguridad, monocultivo biológico y mental, abismo entre ricos y pobres, fantasía del “paraíso tecnológico”, egocentrismo, confusión religiosa, una sociedad “líquida” (dispersa y fragmentada) y contribución al calentamiento global del planeta. |