Incongruencia del PAN en tema anticorrupción (Padrés, Lizárraga, Preciado)
11:46:10 / 27/01/2016
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Hasta que el presidente nacional del PAN no realice un pronunciamiento serio en contra del ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, acusado de supuesto desvío de recursos públicos, el partido azul no tendrá el respaldo ciudadano necesario para hacer creíble su lucha anticorrupción, eje central de su acción como partido de oposición.
Este martes en el marco de la reunión plenaria de los diputados del PAN en el municipio mexiquense de Ixtapan de la Sal, el presidente nacional del partido, Ricardo Anaya, fue cuestionado por el caso Padrés. Y como en otros momentos similares se fue por la tangente. Se ha mantenido tibio al respecto de Guillermo Padrés.
Y si bien es mucho pedir que expulse al ex mandatario sonorense de sus filas, al menos no debería solapar la corrupción al interior con silencios, respuestas desviadas y lavándose las manos por actos de “amigos” de campaña.
Teresa Lizárraga, la figura mayor que impulsa lucha anticorrupción
Para completar el cuadro panista, nos encontramos que la mismísima diputada sonorense Teresa Lizárraga, acusada de desvío de fondos y desfalco al ISSSTESON cuando fue directora de ese organismo, en tiempos de Guillermo Padrés, es la representante mayor en la Cámara de Diputados para hablar del tema de la anticorrupción.
Con este “nombramiento” interno, se deja ver la incongruencia del PAN en su máxima expresión, de ahí que el partido debe comenzar con recuperar la credibilidad antes que la Presidencia de la República como anunciaron seguros que así será en 2018 el coordinador de los diputados, Marko Cortés y Ricardo Anaya, presidente del CEN.
Votos caros en Colima
Una democracia tan cara es la que se practica en México que simplemente el proceso electoral que culminó con la elección extraordinaria de Colima el pasado 17 de enero, costó a los mexicanos alrededor de 60 mil millones de pesos, según cálculos del candidato del PAN al gobierno del estado, Jorge Luis Preciado.
Además del gasto que el Instituto Nacional Electoral da a los partidos políticos contendientes, la locura por ganar o mantener el poder llevó a los dirigentes nacionales de los partidos en contienda a comprar un sin fin de credenciales para votar cuyo costo fluctúo entre $1,000 y $2,000 pesos según el municipio.
Se compraron miles de votos. Y esto no fue exclusivo de un partido, el PRI, como se denunció en su momento, también el PAN hizo lo propio. Sólo que los recursos no les alcanzaron a los panistas para comprar más votos que el PRI.
Así, la democracia en México sigue siendo una aristocracia, ya que ganan las elecciones quienes más dinero tengan, pues todavía no es un ejercicio libre y voluntario de la ciudadanía el de ir a votos libre y secretamente. |