Reforma Energética garantiza la seguridad energética de Estados Unidos y Canadá
19:19:33 / 11/06/2014
Autor:
El ingenio de los políticos mexicanos –en el poder- para engañar a la sociedad lo encontramos esta vez en el discurso dirigido a la opinión pública para que acepte la reforma energética propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto, y además, ovacione al mandatario federal.
Este discurso dice lo que todo pueblo con necesidades básicas aceptaría con gusto; generación de empleos, disminución del precio de energéticos: gasolina y gas, y mejor distribución de la riqueza.
Sin embargo ese es sólo un discurso para que el gobierno federal y su brazo legislativo concrete la privatización de una de las últimas empresas estatales que dieron estabilidad, riqueza y poder a México por encima de los países latinoamericanos.
Los reformadores han planteado la necesidad de la competitividad como condición sine qua non para modernizar a la empresa y alcanzar los beneficios económicos y sociales prometidos. Aunque para alcanzar estos objetivos no se requiere una reforma energética.
El fondo de la reforma es legalizar la participación de la iniciativa privada en el jugoso negocio del petróleo mexicano; abrir el mercado de los hidrocarburos en México y sobre todo, garantizar la seguridad energética de los principales socios comerciales del país: Estados Unidos y Canadá.
Pemex no es un monopolio
Contrario a lo que se establece el discurso oficial personificado en el senador David Penchyna, PEMEX no es un monopolio; argumento bajo el cual se ha insistido en la necesidad de abrir a la iniciativa privada el negocio de los hidrocarburos, a fin de generar competitividad.
Precisamente por su carácter público, Pemex y CFE no son monopolios, sino empresas nacionales que el estado debe fortalecer por encima de empresas internacionales, cuya prosperidad en nuestro país beneficia de manera directa a sus propias economías y no a la economía nacional más que de refilón si acaso.
Desde la nacionalización del petróleo, PEMEX ha sido el sustento económico de nuestra nación y una fuente de riqueza incalculable para el mundo, que México por sí sólo puede hacer prosperar en beneficio de la población y no de las trasnacionales.
La negociación
Ayer martes iniciaron formalmente las discusiones legislativas en el Senado de la República para la reforma energética en sus leyes secundarias.
En estas, el PAN insiste en sacar de la jugada a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad como empresas públicas y dejarlas en completa desventaja respecto a las trasnacionales en el marco de la apertura del mercado de los hidrocarburos.
Los panistas insiste en darles a las paraestatales el mismo trato –no preferencial- en la competencia; esto por su afán de hacer más negocios en PEMEX y CFE, a las que comenzaron a explotar --para fines particulares y con gran voracidad --de 2000 al 2012 cuando el albiazul ocupó la presidencia de la república. |