Gaceta Moreliana.

18:24:26 / 04/08/2010

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La primera ocasión que se dio a conocer este espacio alguien se sorprendió por ver la palabra gazeta. No era para dar una explicación que pudiera considerarse de arrogante intento de erudición. Se le explicó que era por respeto al término italiano nada más. Por la adhesión a la ortografía sin importaciones, la convención tomó la costumbre de escribir gaceta. El tiempo devolvió a la idea original, debido al derrotero de las impresiones de estos textos.

Como en los orígenes del género, cuando era gazeta, por la unidad monetaria a cambio de la cual se daba, y principalmente, porque al sufrir interrupciones en su periodicidad, quedaba esta columna, antes impresa, como aquellas gacetas con las que se inició el periodismo en México: esporádicas, debido a la dificultad de presupuestos y materiales, y, por lo tanto, como una recopilación de apuntes correspondientes a los periodos que mediaban entre el tiempo de aparición de una gaceta y su siguiente número.

Y como quien esto escribe no deja de considerarse alguien diletante del periodismo, continua con estas gazetas.



Buena voluntad cultural.



Llaman así a la contestación, principalmente masiva, de gente de nivel aficionado por la cultura, que se acerca a los museos, salas de concierto o teatros, para integrarse a lo que antes sólo estaba al alcance del dinero.

La liberación de entradas, al suprimir venta o costo de boletos, y de cooperaciones a varios de esos lugares, ha dejado el espacio de estos casi en disposición sólo de la masa, pues mientras ésta ejerce aquella integración, los que la precedieron en esa práctica, se han incorporado a otras exclusivas.

Como consecuencia de aquella liberación se integra a la sociedad poco o nada "culta" en nuevas rutinas que en muchas ocasiones suelen sólo satisfacer curiosidades por cumplirse una mera función de entretenimiento.

Abaratada o no, la buena voluntad cultural es otro sofisma de distracción y de marasmo porque no crea críticos por orientarse, en una justificación de la Secretaria de Cultura, al derecho al goce del ciudadano, instituido en México a

partir de la reforma al artículo tercero constitucional, basado en lo que ya en 1942 decía la Declaración de los derechos humanos en su artículo 27 parte 1.

Sin embargo, las labores legislativas para conseguir lo anterior suelen quedar rezagadas hasta olvidados llegar al olvido, por lo que la introducción del párrafo noveno al artículo cuarto constitucional para garantizar el derecho y disfrute de la cultura y el ejercicio de derechos culturales definidos en el mismo artículo, encuentran dificultad de ser prácticos.

El artículo 73 intenta reforzar con una nueva fracción que faculta al Congreso a establecer leyes de coordinación en materia de cultura, salvo lo dispuesto en el su fracción 25.

La cultura gratuita hay que disfrutarla mientras dure.

A ver cuando dirigen esta buna voluntad hacia los libros.



Rutina moreliana.



La eclosión de la cultura gratuita, dio apertura al habitante curioso y/o con buena voluntad cultural, a eventos tradicionales a los cuales se incorporaron otros para conformar una agenda muy constante de esparcimiento y relajación.

Los lunes parecen ser del Museo de arte colonial, con conciertos o recitales musicales. Los martes quedaron para el edificio del Archivo histórico y museo de la ciudad, que atrajo los eventos de música, teatro y letras que ese día tenían lugar en Palacio municipal. Los miércoles son para la Orquesta de cámara de la Universidad michoacana en el Centro cultural universitario, y le siguen a ese día los Jueves artísticos de la misma universidad, en el teatro José Rubén Romero. Los viernes son ya clásicos de la Osidem en su sede del teatro Ocampo (o la alterna del Stella Inda). Y en cada día puede haber eventos musicales en la sala Niños cantores del Conservatorio, que desde 2008 promueve un festival para la difusión de la música nueva o contemporánea.

El Cmmas y el Museo del Estado presentan actividades de sonidos y música respectivamente, y continuamente alguna iglesia del centro alberga conciertos o recitales de música sacra.

Lo anterior es la agenda del Habitante, en el que se valoran el gusto y la inclinación por la alternativa a las bagatelas cinepolis o a los eventos de lo que llaman "banduchas"

Por breves, difícilmente alcanzan la hora de duración, los eventos de la Agenda son una rutina que puede ejercerse sin distracción de otras actividades pues el que gusta de las artes -musicales en la mayoría de los casos mencionados- siempre abrirá un espacio para su cultura de oído o visual.



No como antes.



La oferta cultural del verano es pobre desde que a partir del 2001, el Festival internacional de música de Morelia, fue movido a noviembre.

Con eventitos de plaza se pretende llenar el vacío "cultural" que ha padecido la ciudad desde aquel 2001. Fiestas urbanas y eventos triviales, a veces sin relación con la dialéctica de la ciudad, son la oferta municipal inhibiendo el protagonismo de la arquitectura y el valor de la festividad local.



La alternativa del cine.



Otra ventaja de la oferta cultural, son los llamados cine clubs, más por la exhibición de películas de difícil consecución.

En octubre de 2007, el Conservatorio de las rosas comenzó con esta práctica, presentando ciclos, los cuales no han tenido continuidad.

Durante la toma de la biblioteca pública central (febrero-julio 2008), sirvió aquel espacio del Conservatorio, de sede a la videoteca María Rojo, que anduvo errante durante las primeras semanas de la toma y finalmente encontró sede permanente en Solaris.

La alternativa es buena. Los martes y viernes a las 17:00 se proyectan allí los ciclos de la María Rojo, que no deja de presentar parte de los mismos (para infortunio e incomodidad de quienes viven en el centro) en su sede tradicional.