La encrucijada del PRI

CDMX a 27 de julio de 2017 (Noticias México).- A unos días de celebrarse la XXII Asamblea Nacional del PRI, donde se definirán los lineamientos para elegir al próximo candidato a la presidencia de la República, es notorio que los priistas no tienen claridad de qué hacer para tomar la mejor decisión, ya que de ello depende, en gran parte, que el partido conserve o se despida de la silla presidencial.

Ya lo dijo César Camacho, coordinador de los diputados del PRI y ex presidente del Revolucionario Institucional, lo único claro es que el candidato del PRI debe contar con dos características necesariamente: competitividad y arraigo entre la gente.

Es entendible, ya que de nada le serviría al PRI postular a un personaje de gran trayectoria, como es el caso de Manlio Fabio Beltrones, que ha comenzado a presionar para que lo volteen a ver; ya que precisamente no cuenta con el arraigo necesario para ganar votos en las urnas, a nivel nacional, su cariz se circunscribe a Sonora.

De ahí que en la pasada elección en 2012, cuando estuvo muy cerca de ser el candidato, el lugar se lo ganó Enrique Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México, quien contaba, en serio, con un muy amplio arraigo popular, sobre todo entre el sector femenino, cuya población representa, nada más y nada menos, que el 51 por ciento del padrón electoral.

Quizá por eso no fue tan difícil la elección interna. Pero ahora no hay un Peña Nieto entre los aspirantes con posibilidades de ser candidatos a la presidencia por el PRI en 2018. Se trata de aspirantes grises, con escasa o nula popularidad.

Tal es el caso de los secretarios Miguel Ángel Osorio Chong, de Gobernación; José Meade, de Hacienda; Aurelio Nuño, de la SEP y Luis Videgaray de Relaciones Exteriores; de ahí que en el PRI incluso se ha considerado postular a un externo, con tal de asegurar el triunfo electoral.

Candados que resolverían elección interna

La reforma de estatutos para colocar candados a ciertos aspirantes como Meade, Videgaray y Nuño, abren la puerta a otros como Beltrones y Osorio Chong, que además de ser militantes, han ganado alguna elección popular como es el gobierno de su estado natal, Sonora e Hidalgo respectivamente; mientras que los tres primeros no han tenido contacto con la ciudadanía, pues nunca han competido en campaña electoral alguna.

Qué exigir al candidato, he ahí el dilema que el PRI tendrá que resolver el próximo 12 de agosto, en la Asamblea Nacional, cuando se definan los lineamientos y se modifiquen estatutos, si es el caso.

Aunque el otro gran apuro para el PRI es que difícilmente la ciudadanía, en su mayoría, volvería a votar por ese partido, debido al deficiente gobierno de Peña Nieto y ante la comprobación de que el discurso del tricolor sigue siendo eso, discurso, promesas de campaña que no cumplirán ni hoy ni nunca.

Además, la idea de un Nuevo PRI, con la cual permearon en el electorado en las pasadas elecciones, quedó agotado. Aunado a ello, los tiempos ya no favorecen al PRI.

Frente Amplio Democrático no tiene nada de democrático

En el otro extremo se encuentra la endeble conformación de un Frente entre fuerzas políticas históricamente enfrentadas, que se unirán por necesidad ante su debilitamiento en el panorama político nacional, ya que tanto el PAN que dirige el queretano Ricardo Anaya, como el PRD que encabeza Alejandra Barrales, han tenido mejores momentos que el actual.

Además, es obvio que PAN y PRD intentarán, a pesar de la militancia, unirse, aunque eso sí, no para empatar un proyecto de nación, como se escucha en su incipiente discurso; sino para mantener los privilegios y el poder que les otorgan nuestras leyes, en tanto organismos políticos consolidados, pero cuya fuerza electoral va a la baja.

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