El traje de candidato ciudadano del PRI no es para Narro

DIARIO IMPACTO
Juan Bustillos
Sólo para iniciados
19 de julio de 2017

Desde luego que el doctor José Narro no es “un priísta más”, y él lo sabe; en realidad, cualquiera sabe que es un priísta de raigambre.

Hace mucho, 24 años, cuando aún no disparaban, en Lomas Taurinas, la bala que cambió el rumbo del país, concluía una reunión de Luis Donaldo Colosio con intelectuales; antes de subir a su carro, el candidato presidencial del PRI miró hacia donde se encontraba el organizador de la encerrona y comentó con sus acompañantes: “¡Qué chingón es este cabrón!”.

Se refería al doctor José Narro, el “Cuatrero” (por egresado de la Prepa 4, en Observatorio) que con el tiempo dirigiría a la UNAM y que hoy, desde la Secretaría de Salud, podría ser el candidato presidencial del PRI.
Ayer, Narro se defendió de quienes piensan que quienes pretenden modificar los estatutos del PRI para que sea candidato presidencial un “ciudadano” que ajuste su vida política a lo que dice la declaración de principios del partido en el poder confecciona un traje a su medida.
Se equivocan; Narro no necesita un traje a su medida porque lo trae puesto desde los años setenta.

El secretario de Salud es un antiguo militante que dirigió la fundación Cambio XXI que aportaba líneas de pensamiento a Colosio; de hecho, conforme a sus propias palabras, elaboró los documentos básicos para el registro del sonorense como candidato presidencial.

No tiene en su trayectoria un puesto de elección popular ni de dirigente partidista, pero el 23 de marzo pasado, al pronunciar el único discurso en la ceremonia organizada por Enrique Ochoa Reza para recordar a Colosio a 24 años de su ejecución, Narro se refirió al grupo cupular como “compañeros integrantes del CEN del PRI” y nadie lo corrigió.

Al igual que hoy, la pregunta de entonces es ¿por qué Narro fue el orador?
No hay que ir muy lejos por la respuesta: El Presidente Peña Nieto inició, entonces, la repartición de cartas; ayer la continuó con la noticia de que México ocupa el octavo lugar de los países con mayor turismo del mundo. Es decir, el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, también debe ser considerado.

Pero hablábamos de la militancia partidista de Narro; el 8 de febrero de 2016, al reunirse con los senadores que encabeza Emilio Gamboa, se refirió a su larga carrera como priísta.

Por ejemplo, a diferencia de Narro, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, no podría decir: “En nuestro partido tenemos el derecho legítimo de reclamar como propias las aportaciones al pensamiento político, y a la transformación de México, de muchos de los grandes personajes de la historia de las últimas ocho décadas y media”.

“Ahí están, entre muchos otros, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas, Adolfo López Mateos, Jesús Reyes Heroles, Miguel de la Madrid, José Francisco Ruiz Massieu y, por supuesto Luis Donaldo Colosio. En esa misma línea está formado el responsable de la más reciente modernización de México, el Presidente, nuestro Presidente, Enrique Peña Nieto. A la obra de todos ellos, a su ejemplo y pensamiento, acudimos con frecuencia”.
En definitiva, el sastre que por decisión propia o en cumplimiento de órdenes confecciona un traje a la medida de un posible candidato “ciudadano” del PRI no tiene de cliente al doctor Narro; el secretario de Salud siempre ha proclamado, con orgullo, su militancia partidista y los priístas lo saben uno de los suyos.

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