¿Quién ganó y quién perdió? ¿Quién ganó y quién perdió?

18:30:51 / 08/06/2017

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El pasado domingo se llevaron a cabo elecciones en cuatro estados del país, donde los resultados que se obtuvieron dejan mas preguntas que respuestas, pues de cara al 2018 la situación es más incierta que hace algunas semanas.

Y es que el estado más disputado fue el Estado de México, que es la entidad federativa con mayor presupuesto con unos 200 mil millones de pesos al año. Ganar esta entidad representa garantizar fortaleza de cara al 2018 y, desgraciadamente, la caja grande para eventuales financiamientos de campañas políticas. Este estado que desde siempre ha sido gobernado por el PRI y representa su mayor bastión, constituye el paso más solido para enfrentar la elección más grande en la historia de nuestro país. Sin embargo, el desencanto generalizado hacia la clase política, la ausencia de resultados de Enrique Peña Nieto y un discurso rábico entablado por López Obrador, puso en riesgo la elección de estado en el EdoMex. Lo anterior aunado a un Acción Nacional con contundentes resultados positivos y a un excelente candidato por parte del PRD puso un aderezo más sustantivo a este platillo llamado democracia mexicana.

Así pues, los resultados fluyen y el PRI ganó el Estado de México y Coahuila, Acción Nacional con el PRD gana Nayarit con una aplastante contundencia y Veracruz lo gobierna una pluralidad política con predominancia albiazul. Morena, por su parte, dio la lucha en el estado de México con una pésima candidata, con señalamientos de corrupción, ausencia de preparación y un discurso que deja mucho que desear, sin embargo, su competitividad no se la debió a sus cualidades ni carisma, como fue con Juan Zepeda, sino que fue producto de dos elementos: primeramente el permanente cobijo de Andrés Manuel; y, en segunda instancia, el desencanto generalizado del que ya hacía referencia. Estos dos elementos, más el discurso demagógico que caracteriza de nuestra ya conocida figura mesiánica de Macuspana, en un estado que ha padecido las rémoras de la corrupción le dio a Delfina el segundo lugar en la elección del Estado de México.

Los resultados citados no dan nada para nadie de cara al 2018. El PRI pasa de panzazo al haber ganado dos de las tres gubernaturas, pero tales victorias fueron con márgenes mínimos, especialmente en Coahuila que ha sido golpeado por el fétido moreirismo; victorias que obligan a la reflexión y la autocrítica, en virtud lo reservado de sus resultados a lo largo de las campañas correspondientes. Acción Nacional avanza, pero con lentitud. Su discurso de ahora en adelante deberá ser de cambio y “echado para delante” para generar ese deseo de cambio ciudadano que en su momento imperó con Vicente Fox, no obstante, las pugnas internas pueden provocar que se tengan condiciones como nunca, pero se pierda como siempre; los consensos al interior del partido en el que milito son un elemento fundamental si se quiere tener a un PAN de vuelta en Los Pinos.

Por su parte, el PRD demuestra que tiene capital político y que si bien no le alcanza para ganar el 2018 puede ser el fiel que incline la balanza. Recordemos que en días pasados Ricardo Anaya y Alejandra Barrales dieron una rueda de prensa conjunta en el que anunciaron un frente común rumbo al 2018 –un TUCAMPLO (todos unidos contra Andrés Manuel)–, con lo que se deja entrever que podrían aliarse en el próximo proceso electoral, siempre y cuando haya acuerdo de quién encabezaría, negociación que ya lleva avanzada Anaya para sí mismo. Zepeda, por su parte, se dice que puede contender para el 18 y que desplaza a Silvano, sin embargo, no perdamos de vista la numeralia electoral que dejaría en tercer o cuarto lugar a tal fuerza política. Considero que Zepeda sería un perfil idóneo para la dirigencia de tal partido.

Ahora, Morena, si bien fue un partido que creció, no obtuvo el resultado que habría encaminado a AMLO hacia La Grande, cosa que estimo y digo con toda responsabilidad, fue lo mejor que le pudo suceder al país, ya que con un PRI en el poder se tiene capacidad de interlocución cosa que con la militancia de extrema izquierda no se garantiza. De ganar el EdoMex y Los Pinos se tendría a un Andrés Manuel poderoso, emborrachado de poder, que con acciones radicales llevaría al país a una inestabilidad gubernamental, cuantimás con los probados vínculos con el régimen de Nicolás Maduro que tiene a Venezuela al borde de una guerra civil.

Quiero puntualizar que no formo parte de ninguna mafia, ni he recibido un solo peso del régimen; que esta opinión no busca ser pendenciera, sino únicamente expresar el punto de vista de un demócrata que estima que la nación poder a gritos más crítica y debate en aras de un país más justo e informado.

Así, pues, el 2018, pinta más complejo que nunca y no hay nada para nadie. Las definiciones comenzarán a darse en los próximos meses y, si bien, aun falta para que el proceso electoral 2018 inicie formalmente, de facto ya está encima. Que sea lo mejor para México.