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Por Alicia Alarcón Los Ángeles, California, USA.- Este viernes el país más poderoso de la tierra, el que nos abrió las puertas y nos enseñó que las n oportunidades son ilimitadas para el que las busca y las aprovecha, pierde su estatura moral ante el resto del mundo, no más se le va a citar como ejemplo de progreso en el trato a minorías, que hasta hace apenas 55 años se les consideraba menos que a un ser humano. El viernes 20 de enero asumirá el poder un hombre que no fue elegido por la mayoría, sino por una minoría que vio amenazado su nacionalismo patológico por la presencia y el progreso de los extranjeros, en particular los mexicanos. Un hombre que hace público su desdén por un grupo y amenaza la supervivencia de otro, es indigno de ocupar el lugar que ocuparon George Washington y Abraham Lincoln. Sus actos reviven una desconfianza y racismo ancestral que pone en peligro la seguridad de todos los migrantes, pero sobre todo, la de los mexicanos. Un país es grande por sus habitantes, y millones se achicaron en Estados Unidos, al elegir a un hombre que les prometió trabajo y progreso, a cambio de aceptar el escarnio y el rechazo al otro, al desconocido, al diferente. Los hombres y las mujeres de paz, que antes de aceptar aplastar a otro para nuestro beneficio, renunciamos y reconocemos al traidor, al manipulador, al que juega con las voluntades para su beneficio personal, estaremos alertas a las primeras acciones de este Presidente. FOTO VOA |
