Leyendas del Parque de Uruapan, en un mágico recorrido nocturno Leyendas del Parque de Uruapan, en un mágico recorrido nocturno

21:33:57 / 17/04/2014

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URUAPAN, MICH.- La historia del Parque Nacional “Barranca del Cupatitzio” y sus diversos cuentos y leyendas, el visitante los puede escuchar y apreciar mediante escenificaciones magistrales de actores que surgen de entre la penumbras, apenas visibles con alguna lánguida luz de antorchas, en un recorrido nocturno guiado, donde el canto del río se escucha más claro, donde se interrumpe momentáneamente el sueño de la fauna del lugar; donde los versos parecieran que cobran vida; donde la música alegra a todo ser vivo y donde se degusta de la gastronomía patrimonio de la humanidad.

El mágico recorrido inicia en la Rodilla del Diablo, donde los visitantes son recibidos por los trabajadores y autoridades del Parque Nacional al ritmo de las notas musicales de la orquesta de la escuela de música de Tingambato; de entre las rocas, surgen los actores “Jelipe” y “Heladio”, que con un estilo muy peculiar, cuentan que hace años se secó dicho manantial y Fray Juan de San Miguel pidió al cielo regresase la cristalina agua. Ahí surgió Satanás y en su huida, resbaló y dejó grabada su rodilla en una piedra.

Los sonidos melancólicos de una guitarra se escuchan entre la espesa vegetación; el ruido del río pareciera que se escucha más intenso ante la quietud de la noche; los animales del lugar ven interrumpidos sus sueños por un momento; el grupo de visitantes camina por el sendero iluminados por algunas antorchas que llevan los guías.

En el puente El Gólgota, una breve parada, algunos versos que también cuentan la leyenda de la Rodilla del Diablo y otros más picarones; luego desde un sendero, al pie de un enorme acantilado, los visitantes toman lugares estratégicos para observar al clavadista que surge de entre los matorrales y es iluminado con algunas lámparas.

El recorrido continúa en las márgenes del río Cupatitzio hasta una pequeña explanada donde “Aurora” espera la llegada de su esposo a altas horas de la noche; “Heladio”, su compadre, lo encontró borracho y tirado junto al río, donde quedó exhausto luego de seguir a “Miringua”, una mujer de cuerpo esbelto y rostro de caballo que se les

aparece a los trasnochados en esa zona del río. Lo lleva a su casa, donde jura y perjura a su mujer, no volver a emborracharse.

La flora y la fauna del lugar también son testigos de la expedición que ha invadido por un momento su vida nocturna; el contingente sigue caminando, los senderos en ocasiones se tornan lúgubres y el frío empieza a arreciar; de entre la espesa naturaleza y las sombras, se escuchan pasos de personas que caminan agitadamente, como si hubieran visto al mismo demonio.

Son “Jelipe” y “Heladio” que se dirigen al manantial El Characu (niño) donde abrirán la represa del río para regar la milpa; en el trayecto van contando cuentos de espantos, cuando de entre la penumbra se escucha un grito lastimero de una mujer que retumba por todos los rincones del Parque Nacional; los compadres huyen despavoridos en diferentes direcciones. Era “Aurora” que les llevaba los hules para la represa. Se les había olvidado.

Recorren otros senderos y puentes de madera sobre el río, llegan finalmente al cenador Characu donde son recibidos con música purhépecha de la orquesta y mujeres ataviadas con el traje tradicional de guare que danzan mientras les ofrecen alguna bebida espirituosa para el susto, como el “Charape”, elaborada artesanalmente por la familia Tungüí Olivo, o pozole, tamales y atole de San Juan Nuevo.

La aventura turística, la noche mágica en el Parque Nacional, culmina después de la media noche; turistas de Fresnillo, Distrito Federal, Nuevo León, Tlazazalca, Morelia, Estado de México y Veracruz, han quedado maravillados. La siguiente visita nocturna es el viernes 18 de abril.