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La violencia que desataron los legisladores locales revela lo que realmente son, una gavilla bien pagada por un pueblo en crisis, que sirven a intereses ajenos a los de la ciudadanía llena de carencias y acosada por la violencia, en medio de una galopante crisis económica, situaciones que el gobierno y los rijosos legisladores han sido incapaces de controlar, ya no digamos superar. Las grotescas escenas que nos brindaron este jueves resume lo que es nuestro gobierno, cuyos poderes solo dialogan y acuerdan cuando se dividen el botín en partes proporcionales. A unos los esta cegando la codicia al creerse ganadores al instrumentar el mayor saqueo del siglo de nuestras reservas petroleras; a otros les entro una repentina dignidad después de haber andado empinados recogiendo la morralla. Los partidos políticos han engendrado a todos estos sujetos a su imagen y semejanza, son tan perecidos que son incapaces de ofrecernos proyectos de país que los distinga a unos de otros, en lo único que hay un poco de diferencia es en la verborrea trasnochada con la que nos prometen todo lo que no cumplen al ganar el poder. A las familias de los legisladores violentos les digo que no se preocupen, no se van a matar, no son tan valientes, ni tan pendejos para privarse de la buena pinche vida que se dan como diputados, y diputadas. Mañana o pasado, en lo cortito, se estarán pidiendo disculpas y planeando darse una compensación extra como regalo de navidad y reyes, para esos acuerdos es para lo que mejor sirven. Este jueves solo nos han ofrecido una pobre pastorela de mal gusto, con exceso de "diablos," como los que llamaron a los polis, los que los enviaron |
